sábado, 27 de abril de 2013

Gracias....

Cuando de Matices Mentales se trata, se evoca la memoria, sobran las palabras y se vuelve certero un gesto..
Un pequeño gesto, amable, dedicado y con cariño.... Que supera las malas rachas los enojos, las mañas y el intento de olvido que se hace imposible, algo nos une, quizás el arte.
120 segundos de espera ( o 145 quizas) no son nada ante 188.697.600 para un encuentro fortuito en una calle cualquiera donde solo abundaron las coincidencias, entre cigarros nerviosos y asombro oculto.
Hasta ahora, entre cálculos que parecian absurdos :)

Gracias a Akhel.

viernes, 26 de abril de 2013

De memorias infantiles y sartenes tiznados.

Adelante, pase, sientase como en su casa!!! ¿Que es esa mierda? Es como un café salado, ¡la cortesía es tan hipócrita!, si te sientes como en tu casa eres un patudo. No hay como el recuerdo del único hogar que tuvo, cuando era pequeña y en invierno llovían estrellas, los eucaliptos altaneros y sientiéndose como en su casa ( Son infiltrados de las forestales) liberaban su aroma al ambiente húmedo, soltaban sus frutos a esa tierra fértil y limpia, con alfombras de hojas esperando convertirse en "algo", lo que fuera, el hogar de unas hormigas, el baño de un perro o el refugio de algún caminante solitario que las separaba con sus pies mientras contempla el balancear de esos eucaliptos, uniforme y coordinado, emitiendo ruidos inconfundibles, silbando al viento sus melodías aromatizadas...
Esos mismos eucaliptos que acompañaban las conversaciones, los mates y las lentejas calentadas en un sartén tiznado junto al fogón al centro de la cocina; ella sentada en las piernas del abuelo se sentía en el paraíso, jamas ha podido olvidar lo confortables que eran las piernas de aquel hombre, de manos gruesas, uñas negras, de espalda ancha y brazos que entregaban los abrazos mas seguros del universo cuando algún eucalipto narcisista bailaba mas que sus vecinos y caía sobre algún cable eléctrico, se cortaba la luz y ese hombre te abrazaba, hasta que la abuela lograba encender una vela, mientras esa niña veía figuras demoniacas con el reflejo imponente del fogón...¡Se acaban las lentejas y gusta tanto sacar el raspado de los bordes!.
Era la hora de las historias antes de dormir... Pero esa noche no se contaron, el abuelo no se sentía muy bien. Duérmete mojón chico, le dijo, con la voz mas suave que podía tener, ella pequeña notó que debia obedecer, y sin regaños se tendió es su catre, ruidoso y que se transformaba en una nave espacial en el momento que se enrrollaba en su frazada de lana de oveja, esa nave la hizo viajar cada noche por el universo, pero esta soñaba con que al día siguiente solo brillara el sol, quisquilloso y que había permanecido oculto tras las nubes represivas durante tantos días. Se levanta ansiosa al día siguiente esperando que haya pasado el temporal, sale de la puerta y respira ese aire puro, lleno de aromas de todo tipo, ve a su alrededor y hay ratos de sol iluminando las hojas de los eucaliptos que a esa hora están petrificados; tanto baile parece haberlos agotado, corre a buscar su bicicleta y sale sin siquiera sobarse los ojos, a atravesar esas pozas de agua en la tierra húmeda y apretada, a esa edad eran un desafío y lo disfrutaba ( Desde ahí, la vida fue un desafío), hasta que la voz del abuelo la llamaba al desayuno, esa voz no sonó como siempre y nunca mas sonó igual! Quizás fue una de las ultimas veces que la oyó. Cuando esa voz se apagó por completo, desapareció el hogar. ¡Siéntase como en su casa! Que hipocresía.....

jueves, 25 de abril de 2013

Fiebres de media tarde...

Como si no importara, todo es mas fácil cuando estas acompañado, o mas difícil  a esta altura la fiebre me hace alucinar, mas de lo habitual, por cierto, pero gusta y no gusta.Ese calor parejo que recorre tu cuerpo que es incómodo y placentero, que no se quita al desprenderse de los trapos que te cubren, que es sensible al frío, de forma desmesurada....ese calor que hace sentir hervir el liquido sinovial de tus articulaciones y que fluye, esa sensación de tener un abdomen como una plancha para Churrascos o completos o carnes o lo que sea.
Las manos se humedecen de a poco, sientes el viento en cada extremo de tu pelo, aunque sea la mas leve brisa y te molesta, da frió y esos folículos pilosos te acusan, Algo pasa con tu cuerpo, los ojos te palpitan.¿Conoces esa sensación  le decía al gato, que la miraba mientras su rostro comienza a empalidecer. ¡Maldito Gato! Responde algo...¿Estoy aqui? ¿Aló? ¿Alucino?, las enzimas no pueden funcionar, mis proteínas se desintegran, se desnaturalizan y vuelven a ser esos aminoácidos que no sirven de mucho.
El gato contesta....¡MIAU! mierda, te dices...¿Entendió? y se pone de tu lado y en una sutil caricia, olfatea tus manos, que a estas alturas sudan como si hicieran algún deporte...Sientes sed y desearías que ese gato trajera agua para ti, fría  burbujeante y recién salida de la llave; pero no, solo ronronea ante tus caricias en su lomo...Tienes la sensación que siente tu incomodidad y tu percepción de que un segundo es una eternidad...Los labios se resecan de a poco, a veces debes humedecerlos con la lengua, pero no funciona y se vuelven rígidos, como papel arrugado...Que asquerosa sensación. 
Deseas un cigarrillo; pero sabes que no debes, tus pulmones se destrozarán y tu garganta sentirá ácido pasar hacia el esófago , (que por cierto también siente calor) y tus manos siguen sudando y el gato te mira y a esta altura quieres un café...¡pero no puedes! estas como un estropajo tendido en la cama, sin almohadas, sin colchas sin nada, solo tú y el gato. 
Y te animas, decides que quieres ponerte de pie, pero el gato no te deja, como si supiera que tus piernas se sienten como hilachas, te sientas y decides pararte. !El gato  te sigue¡ miras la escalera, invertida, desafiante y oblicua que espera por una torpeza de tus pasos para tropezar, y sentirte suya, y dejarte ahí  transmitiéndole tu calor. ¡Malvada escalera! . Decides no bajar, no tienes fuerzas y te atemoriza esa escalera, desconocida y oscura. Retomas tu posición y sientes en tu cabeza un estallido... 
A esta altura no sabes que duele, pero duele todo, debes resistir, tu cuerpo debe fortalecerse, y entra otra brisa, y en ese momento estallas en llanto, la fiebre te tiene mal, decides tenderte y dormir, pero no existe forma, el frío, el calor, las brisa el gato y la escalera..
a veces es mejor estar solo ¿O acompañado?...

miércoles, 24 de abril de 2013

Camas ajenas.

Una noche, en la que estas recostado en una cama que no es la tuya, que tiene otro olor, acomodado entre bultos, fumas un cigarrillo y te preparas a dormir, silencio interrumpido por el tic-tac del reloj de pared que cada vez tiene menos fuerzas y voces a lo lejos de la calle...los Duraznos se llama; cuando era pequeña me pregunte siempre quien era el idiota que le ponia nombres tan feos a las calles; en fin, te recuestas, acomodas la cabeza en una almohada que se te hace indiferente, no te permite reposar tu cabeza en ella, es extraña, huele a nada, decides alejarla no sirve....
Tus brazos son mas cómodos, los abrazas y escuchas -"Buenas noches"- una voz dulce, cansada y familiar te lo dice, -Buenas- respondes; mientras sigues batallando con el tic-tac del reloj, irregular y ruidoso, te dices -mañana le cambio la pila a esa mierda!!!- reacomodas la cabeza, cubres tu cuerpo con una frazada que pica, que tiene historia y vida, energia, tiene los sueños y temores de ese alguien con voz dulce... Te prestas a dormir,por fin, entre el insistente tic-tac del reloj, la almohada inexistente y la frazada peluda; los parpados caen, sientes el latir de tu propio corazon, los ronquidos amneicos de un vecino y el maldito tic-tac que ya es la banda sonora de las ovejas que comienzan a saltar en tu cabeza.... Primera fase del sueño, y te despierta un salto estremecedor que sacude tu cuerpo como un espasmo melodico, te sonries y duermes.
De pronto abres los ojos, miras y vez oscuridad, el reflejo de un farol titilante de la calle que entra por la ventana y nada mas, en voz suave y con tono de pregunta temerosa dices -mamá?- No hay respuesta alguna, la memoria se estremece, entre colores grises azulados, voces, risas, murmullos e historias, un viaje al pasado, a cuando eras niño debias dormir temprano y ese farol titilante era la sombra de algún monstruo imaginario, el tic-tac de ese reloj que ahora late con mas fuerza, su corazon, la cama, su hogar y tu frazada su abrigo,a la que sin querer te aferras, tal como antes, mueves la mano al lado y recoges la almohada que al igual que en tu niñez era el escudo contra el monstruo, cubres tu cabeza, cierras los ojos con fuerza aprietas los dientes y vuelves a dormir.
La almohada no era tan mala como pensabas, permitió que el monstruo no se llevara tus ideas y que morfeo que quizas dormia en ella entrara en tus sueños...


Donde habita el olvido - Joaquin Sabina

Cuando se despertó,
No recordaba nada
De la noche anterior,
demasiadas cervezas,
Dijo, al ver mi cabeza,
Al lado de la suya, en la almohada...
Y la besé otra vez,
Pero ya no era ayer,
Sino mañana.
Y un insolente sol,
Como un ladrón, entró
Por la ventana....

Un par de minutos.

Pereza del tiempo, no pasa, mientras espero, ya ni recuerdo qué, bajo el farol titilante de la calle Anibal Pinto; porque es realmente extraña esa sensacion de querer observar y esperar algo; la disfruto y con eso basta. Encendí un cigarrillo y me percaté que estoy sola, en esta calle casi vacía, fria y lenta; a lo lejos aparecen adolecentes embriagados, tambaleantes y risueños, la cerveza claramente ya hizo sus efectos en el SNC, son espasmódicos sus pasos, errantes y con risotadas que despiertan hasta a las aves, a mi costado, un árbol, se ve infinito, como si no tuviera copa, inmóvil, la brisa no es suficiente para hacerlo tambalear; en frente, un edificio imponente, con ventanas iluminadas por los colores de sus vicillos y la distintas intensidades de sus lámparas , que hacen sombras con plantas que cuelgan amenazantes desde el balcón en un intento de suicidio permanente.Llama mi atención una mujer, en el piso 13 esta ahí, estática, pensativa con la vista perdida y un cigarro que se consume rápido, permanece perpleja como si no existiera nada mas.
El sonido del teléfono del radiotaxi interrumpe mientras los taxistas fuman y beben café, con la actitud de taxista; esa, la clásica, la que todos conocemos, apoyados sobre sus coches , los limpian, los revisan, urguetean sus celulares, otros de manos en bolsillo, simplemente esperan por algún comensal.
Pereza en el tiempo, casi detenido, los minutos no pasan y extraño el tic Tac del reloj.

Afán de Ser.


Estas condenada a pasar el resto de tus días agradeciendo... así  “esa mujer” decide cambiar su vida y toma decisiones , “esa” que sumida en la soledad, la desesperanza y las adversidades se arma aun de más de fortaleza al oír esas palabras, decide , de pronto, cambiar su destino, se cuestiona todo, la vida el existir, el querer, el amar hasta el sentir, no entiende el porqué del ser ella, él para que de sus emociones, el cuanto de lo material, no interioriza lo que tiene, pues bien sabe no le pertenece, vaga de forma espontánea por la ciudad, de un lugar  a otro, de los suburbios a un lugar lleno de magia, ese lugar le queda cómodo pero siente que no pertenece ahí, aunque le agrada de sobremanera, no hay identidad, siente arraigo pero no le gusta, decide que su vida está destinada a caminar, a ir dejando huellas en el camino, sin herir ni dañar, es en ese momento que las palabras de aquella persona le hacen sentido. Gracias, dice, por todo y por nada, ese será su destino y su rumbo….
Viajar moverse, ser un nómade, conocer existir, reír y seguir soñando con que todo aquello que le ha sucedido la ha fortalecido, convenciéndose de que las ausencias sirvieron de algo, alegrándose por sí misma, por lo conseguido, por sus triunfos y por los de nada recibidos….
Logra entender que la vida es eso, vivirla, logra darse cuenta que la manera correcta de vivir no es aquella que te dicen, es la que tú eliges y la haga o no feliz, la mantiene y le permite vivir soñando.
En uno de esos tantos viajes, de esas mudanzas que a su paso dejan entre ver recuerdos, papeles, dibujos cartas y fotografías descubre cuanto ha crecido, ve su pasado como el ayer y no le gusta recordarlo, esas cosas lo reviven y la hace recordar que aunque se sintió feliz, le faltaba algo, le faltaba independencia, las deja, en el camino recorrido de a poco se desliga de esos recuerdos “materiales”. El viaje continua, la mujer “esa mujer” no se detiene, ha fortalecido su caparazón, engrosado su huellas;  se siente una tortuga, a paso lento, seguro, encontrando refugio cada vez que lo necesita, se detiene, medita y observa (una práctica que ha adoptado con los años de andanza y que ayudan a darse cuenta cuanto avanza).
Se encuentra, de pronto en un lugar con olores exóticos, planicies inmensas que lo único que la dejan ver es el mar, un cielo casi en su cabeza y un atardecer con colores extraordinarios, vuelve su memoria atrás y ya casi no quedan recuerdos, solo existe la memoria de aquel viaje, fortuito con gente desconocida, hace varios años atrás, que la llevo a ese mismo lugar, acompañada en aquellos años de juventud, en lo que estas descubriendo la vida y fortaleciendo “esas huellas” que la hacen ser “esa mujer”, en esos años descubrió la magia de los colores, la energía de las personas, lo maravilloso del Lago, del viaje, la perfección en las arrugas de un lanchero, el sabor de mariscos de la zona, el ímpetu aventurero de jóvenes, que a diferencia de ella, solo buscaban diversión, en ese viaje, ella quería encontrar paz, lograr valorar aun mas los espacios, las raíces y extrañar;  sintió esa necesidad de necesitar lo que no lo que tenía; pero no sucedió, aun mas, la impulsó a seguir el rumbo. En “ese viaje “ de hace muchos años, su espíritu estaba encerrado en su cabeza, su alma opacada por el dolor y su mente empeñada  en planificar y limitar sus sueños incluso en competir. El entorno la obligaba a hacerlo pero nunca le acomodó y decidió dejar todo por esto, a diferencia de “aquella vez”; ahora,  está sola, pero porque ella lo decidió….
Por la espalda se acerca un ser joven, rebosante de energías de todos los colores, que siempre ha estado silente y esperando su momento, oculto entre somas y dendritas, entre lo gris, lo blanco y las circunvoluciones, encerrado en un cofre lleno de liquido, con tapas soldadas a mano por la vida, que  ha acompañado siempre A “ESA MUJER” y que no envejece, que sin saberlo ha sido el motor de arranque de ella misma; su alma a sido su fiel compañera desde siempre, pero debió refugiarse en su cabeza para que no la rompieran, también busco coraza y encontró una bastante buena, discutía con cuanta neuroglia se le cruzó por el camino, enfrentó al cerebelo para que la ayudara a mantener el equilibrio en los momentos de desbalanceo, batalló por años con las meninges que no la dejaban salir, hasta que descubrió la forma de escapar, no por la cabeza, sino por el corazón, se dio cuenta que en los momentos de plena felicidad “esa mujer” se sentaba a reflexionar, que su corazón latía más rápido y que existían medios de transporte que viajaban por canales inmensos llenos de basura para ser purificados allí donde había aire de tantos lugares, alquitrán de tantos cigarrillos y restos de THC que ni ella sabía de donde provenían, esa era solo una parada, el verdadero escape se daba desde un trozo de musculo que la mantenía viva, por tanto, aquel día, ante esa meditación, se armo de valor y salió, desde el centro de su espalda y descubrió un mundo hostil, petrificado en el tiempo… contempló desde atrás un cuerpo aun joven, lleno de energía, pero notó que estaba vacío, debía volver a entrar pero no podía hacerlo sin antes hacerle saber a “esa mujer” que existía, desde siempre, le hablo al oído y le dijo “-estas aquí, créelo” no temas ya me encontraste.
“Esa mujer” en una necesidad inmensa de respirar absorbe todo el aire sureño que existe a su alrededor de un gran respiro, siente olores únicos e intensos, se pone de pie y camina….
(La próxima parada solo la conoce “esa mujer” sus pies gruesos, su coraza fortalecida y su alma libre).

Ornella Ayelén